10/28/2015

El caro precio

Día lindo. Rumbo a las esclusas de Miraflores. Voy manejando con el rock y la sonrisa. Supongo no es tan lindo para quienes trabajar por Clayton es una penitencia, pero para mi una reunión allá es un paseo a Disneylandia. Siempre me tardo más de la cuenta en volver a la oficina porque me quedo tonteando en el camino y paro a cada rato para observar cualquier cosa o hacer alguna foto. Ya le he confesado a mi jefe y se encogió de hombros pues le importa los productos: Allá tú, es tu tiempo, luego tú misma debes compensártelo. Y sí, siempre me toca pagar caro la menor distracción, pero las pago con gusto porque es pagar el precio de la felicidad.